En ocasiones entendemos la ambición en su sentido más negativo. Hablamos de esa definición en la que se asocia ambicionar algo con desearlo de manera tan fuerte que seamos capaces de sobrepasar cualquier límite legal o ético para conseguirlo. Sin embargo, hoy nos centraremos en entrenar con ambición en el sentido del constante deseo de mejora.
Un deportista ambicioso, sea profesional o amateur, saca un plus de esfuerzo que le permiten llegar a cotas más altas. Habrás notado esto en deportistas de élite muy talentosos que se quedaban a medio camino por no tener una actitud adecuada. El caso contrario son aquellos que, sin tener grandes dotes de talento, creen tanto en sí mismos y tienen tanto espíritu de superación que llegan a colocarse entre los mejores del mundo.
Entrenar con ambición depende de lo que tú mismo te digas
Eres el principal responsable de lanzarte esos mensajes positivos. No hace falta que te conviertas en una taza de Mr. Wonderful pero sí que te valores y verbalices esa meta que quieres conseguir.
Visualizar tu sueño es parte de entrenar con ambición
Intenta visualizar tu objetivo de la manera más real que puedas. El recorrido, cómo te encontrarás, quién estará, qué dirás… se trata de ser capaz de controlar todo lo que esté a tu alcance.
Es imposible entrar con ambición sin tener rutinas
Las rutinas te harán creer en ti mismo, recrear la situación de éxitos tantas veces como sea necesario. Seguir unas rutinas adecuadas te dará seguridad y te enfocará en tu objetivo.
No pienses en la derrota o en lo que pueda fallar si quieres entrenar con ambición
Si encuentras elementos que te restan tranquilidad plantéate cómo superarlos. Hay cosas imprevisibles e inevitables que pueden apartarnos de nuestro objetivo. Una lesión, el clima… no pierdas tiempo en aquello que no depende de ti y céntrate en seguir progresando.
Entrenar con ambición te sitúa por encima de la mayoría
Un alto porcentaje de los deportistas no profesionales no se plantea metas más allá que las de pasar un rato divertido o realizar ejercicio. Si buscas objetivos más serios como bajar de tiempo en una carrera, levantar más pesos, conseguir un cuerpo definido… estarás situándote una escalón por encima de los demás.
Las dudas no sirven a la hora de entrenar con ambición
Tienes que distinguir entre analizar la situación y saber tus límites y dudas de todo a cada paso. Puedes dudar a la hora de saltar de un trampolín a 10 metros del agua si nunca lo has hecho. Es seguro que no conseguirás hacer un ejercicio perfecto. Pero si vas a tirar el último penalti de la tanda y has metido los 20 anteriores… ¿por qué habrías de dudar?
Tu lenguaje corporal influye en tu éxito al entrenar con ambición
Las sensaciones que transmites a través de tu lenguaje no verbal son útiles para los demás pero también para tu propio cerebro. Mirar a los ojos, andar recto, sacar pecho… son signos evidentes de que alguien está repleto de confianza.
Las derrotas son parte de aprender a entrenar con ambición
Debemos aprender a gestionar nuestras derrotas y errores de modo que no volvamos a caer en los mismos. Hay que analizar lo que hemos hecho mal y sacar lo positivo de la experiencia.
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