¿Café o té? Al levantarnos, después de comer o a media mañana en la pausa del almuerzo solemos recurrir a estas dos bebidas. Café y té comparten algunas características y tienen también sus diferencias.
Bebidas estimulantes
Tanto café como té son bebidas estimulantes que nos ayudan a recuperarnos del esfuerzo y los entrenamientos. Poseen cafeína aunque hay quien a la sustancia del té la llama teína aunque es la misma.
Sin embargo, la cafeína actúa de forma diferentes en las dos bebidas. En el café su efecto es más inmediato y potente por su más alta concentración. Su efecto comienza a notarse unos 15 minutos después de tomarse y dura cerca de 3 horas dependiendo de lo habituados que estemos.
En el té, la cantidad de cafeína varía mucho dependiendo del tipo de té que tomemos y de su fermentación. La del té negro es muy alta, siendo mucho más fuerte su sabor que la del té verde, el más común. Por lo general, la concentración de café es menor que en el café por lo que su poder estimulante es menor. Sin embargo, este efecto dura más en el tiempo, llegando a alargarse hasta las 4 o 5 horas. Este hecho es interesante a la hora de organizar nuestros entrenamientos o jornadas de recuperación.
Temperatura de consumo
Ambas bebidas pasan por altas temperaturas al tener que infusionar para obtener todo su sabor. Eso sí, una vez que se han calentado podemos optar por tomarlas así o por enfriarlas en función de lo que nos apetezca en ese momento.
En España la cultura del té con hielo, sobre todo aromatizado o mezclado con unas gotas de limón, llegó procedente de los países anglosajones y se asentó rápidamente. Una bebida sana, sin apenas calorías y muy refrescante.
El café con hielo, con o sin limón (eso daría para otro artículo) lleva en nuestro país tantos años como veranos a 40º. Muchos.
Acompañamientos
Ambas bebidas se pueden acompañar con leche, si bien en nuestro país esto es mucho más frecuente con el café que con el té (el llamado té americano).
Al añadirlo, sumaremos a la nuestro café o té energía, proteínas y calcio aunque también calorías.
Café y té se pueden tomar solos o edulcorados ya sea con azúcar refinado, de caña o con edulcorantes como stevia. Otra opción es utilizar la propia leche para edulcorarlo o restarle algo de amargor a nuestra bebida.
Por último, en otros países está muy extendido el consumo de las pastas de té. Pequeñas pastas a base de mantequilla, harina, huevos y azúcar. Huelga decir que su consumo debe ser moderado por su alto contenido calórico.
¿Y tú? ¿Eres más de café o de té?
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