Tanto si eres un recién llegado al mundo del baloncesto como si llevas años practicando este deporte, seguramente hayas tenido que enfrentarte a la decisión de comprarte unas zapatillas para jugar.
¿Qué buscamos cuando compramos unas zapatillas de baloncesto?
A pesar de que lo primero que nos llama la atención de unas zapatillas de baloncesto es su diseño, a la hora de elegirlas deberíamos fijarnos en dos características fundamentales: que sean cómodas y que sean seguras.
La comodidad es indispensable para que disfrutemos del juego y la seguridad es clave para evitar lesiones o molestias en las caderas, rodillas o las famosas y muy comunes lesiones plantares.
¿Qué debemos tener en cuenta al comprar las zapatillas?
Lo primero es ser conscientes del uso que les vamos a dar. No es lo mismo comprar unas zapatillas si nos dedicamos de manera profesional o semiprofesional al baloncesto que si jugamos un partido cada mes con nuestros compañeros de trabajo. No es que las posibilidades de lesión sean menores, (de hecho son más altas al no tener una forma física óptima ni cuidar los calentamientos, mecánicas, estiramientos…) pero en el caso de deportistas profesionales las zapatillas son una herramienta más de trabajo que cuidar con especial mimo.
Lo segundo es saber qué tipo de jugador eres. En función de esto hay una zapatilla ideal para ti:
- Zapatillas de tobillo bajo: para bases/escoltas con movimientos explosivos y continuos cambios de dirección. Permiten adaptarse a cada giro, por brusco que este sea, tanto en ataque como en defensa.
- Zapatillas de tobillo medio: son las que llevan los aleros, más pesados que los otros exteriores, y que gustan de pisar la pintura con frecuencia. Una zapatilla de estas características protege los tobillos ante posibles caídas.
- Zapatillas de tobillo alto: diseñadas para proteger los tobillos las calzan, fundamentalmente, los pívots más pesados.
En tercer lugar, y siguiendo con cuestiones de seguridad y en este caso nos centramos en la superficie en la que vamos a jugar. Para pistas exteriores recomendamos zapatillas de suelas duras y más resistentes ya que el cemento desgasta mucho más la suela que el parquet de las pistas.
Si pensamos en suelas para pistas de parquet buscaremos aquellas con un patrón que ofrezca agarre y tracción para prevenir esguinces y resbalones. La suela cumple la doble misión de amortiguar nuestra caída en cada salto y de proporcionarnos la sujeción adecuada en cada momento. Hay que tener en cuenta que tras jugadas exigidas como un salto, una salida de bloqueo o una defensa intensa, todo el peso de nuestro cuerpo recae sobre una pequeña parte de nuestros pies por lo que los resbalones no están permitidos.
Otro elemento de seguridad que muchas veces pasamos por alto es el cierre de la zapatilla. Apuesta siempre por zapatillas con cordones que permitirán que tu pie vaya perfectamente sujeto.
En quinto lugar, en este caso centrándonos en la comodidad además de la seguridad, miraremos el tamaño de las zapatillas. No deben rozarnos ni en el alto ni el ancho, ni tampoco ser demasiado grande para darnos la perfecta estabilidad.
Respecto a la fabricación de la zapatilla tendremos en cuenta que su tejido nos proporcione a la vez comodidad, una correcta transpiración y sea fácil de limpiar para que estas nos duren en perfecto estado durante más tiempo.
Y sí, finalmente nos fijamos en el diseño. Aunque no es lo más importante, como decíamos antes es lo primero que nos entra por los ojos. Por supuesto hay modelos que conjugan todos estos elementos que comentamos como las zapatillas de baloncesto Peak, que se ajustan a cualquier tipo de jugador y que llevan estrellas de la NBA como Tony Parker o Dwight Howard.
Esperamos que esta breve guía os sea de utilidad a la hora de comprar vuestras próximas zapatillas de baloncesto.
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