Si practicas deporte de manera habitual sabrás que tus necesidades alimenticias no son las mismas que sino lo haces. Hemos confeccionado un menú para entrenar correctamente sin pasar hambre y que te permitirá bajar esos kilos de más.
Algunas recomendaciones generales de un menú para entrenar
- Bebe mucha agua. El agua es una parte fundamental de una dieta equilibrada y más si practicas deporte.
- Continúa con tu entrenamiento habitual, no lo cambies por el hecho de seguir este tipo de menú.
- Es recomendable que, antes de cualquier dieta, te sometas a una revisión médica. Acudir al médico y realizar un estudio biométrico nos ayudará a saber si podemos privarnos de ciertos alimentos y potenciar otros.
- Cuida tu sueño y tu descanso tanto como tu entrenamiento. Dormir 8 horas al día también nos ayuda a cumplir los objetivos deseados.
- Evita ponerte a dieta en épocas de mucha carga laboral o estrés. Todos tenemos épocas más y menos indicadas para la dieta, elige la tuya.
- Es muy importante que realices 5 comidas diarias: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Eso sí, cuidando las raciones y el topo de alimento.
La estructura de los alimentos en un menú para entrenar
Dividiremos nuestras comidas en: verduras, proteínas y cereales o legumbres.
- Las verduras serán la parte de nuestro menú más abundante, suponiendo la mitad de nuestra ingesta diaria.
- Los cereales y las legumbres se comerán sólo en la comida.
- Las proteínas las emplearemos en la comida y también en la cena.
De este modo la comida estaría compuesta por un 50% de verduras, un 25% de cereales o legumbres y un 25% de proteínas.
La cena, por su parte se compondría de un 50% de verduras y un 50% de proteínas.
Ejemplo de un menú para entrenar
Desayuno. Tomaremos fruta, un café o infusión, y huevos revueltos con algo de proteína, por ejemplo pechuga de pavo o jamón.
Almuerzo. Escogeremos un pan integral o de centeno con proteína: atún, pechuga de pavo…
Comida. Será la comida más importante del día. Necesitamos introducir proteína, carbohidratos y verduras. Un ejemplo es arroz con pollo y brócoli.
Merienda. Para la merienda podemos optar por un nuevo bocadillo, fruta, o un batido de proteínas.
Cena. La última comida del día y la que, tradicionalmente, peor realizamos. En esta ocasión sólo comeremos proteínas y verduras, por ejemplo una ensalada y un poco de pescado a la plancha.
Deja una respuesta